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Después de mostrarles una sonrisa a los ancianos, depositás lo juntado adentro del tacho de basura que está cerca tuyo y regresás hacia tu casa. En el camino, súbitamente, se desata una tormenta sideral y un rayo cae sobre tu cuerpo y te fulmina por completo, convirtiéndote en cenizas.

El perro corre sin rumbo, hasta que una nena, que estaba viendo la tormenta a través de la ventana de su casa, lo ve y lo socorre. Lo mete adentro y termina viviendo con ella, previa autorización de sus padres. El perro y la nena se hacen grandes amigos y viven felices.

Fin.


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